Comenzamos nuestra actividad de criadores, pasando por etapas, hace 25 años, con la selección del San Bernardo. Después de un descanso de unos años, nuestra pasión, nunca apagada, se ha dirigido de manera irrefrenable, hacia estas extraordinarias razas que son, el Mastín Español y el Tibetan Mastiff.
Esta pasión cinófila se concreta en el 1986 pidiendo el reconocimiento del afijo “DEL DHARMAPURI”, siguiendo aquel camino no siempre fácil que solo aquella “enfermedad” que es la pasión cinófila te permite recorrer.
El nombre del criadero “Del Dharmapuri” tiene su origen en otra de nuestras pasiones: el profundo interés por la cultura oriental.
En lengua sánscrita “Dharma” es lo que sostiene y nutre la vida, y “puri” significa lugar o también ciudad. Entonces, DHARMAPURI es aquel lugar donde se nutre la vida, obviamente, en este caso, la vida canina.
En breves palabras, un verdadero criadero es donde la vida de los sujetos criados está protegida y cuidada de la mejor manera posible, para obtener sujetos sanos, bellos y eficientes.
Esto también, es nuestro deber ético y moral.